Global Challenges, the Status Quo, and True Change (Part 2)

(continuado de la primera parte)

¿Qué quiere decir esto de nosotros? ¿Cuando casualmente compramos un helado de dos dólares, realmente no nos importaría que casi la mitad de la población humana viva diariamente con menos del precio de que estamos a punto de pagar? ¿Pertenecemos verdaderamente a una raza tan egoísta que no está dispuesto a sacrificar unas pocas indulgencias para ayudar a los que ni siquiera tienen artículos de primera necesidad?

A veces me siento tanta frustración hacia el estado de nuestro planeta que me cansa de esforzarme a mejorar el mundo. Después de todo, ¿no tengo la responsabilidad de luchar contra la propia naturaleza humana, verdad? Afortunadamente, eventualmente me di cuenta de que cuán erróneo ha sido este pensamiento. Si bien podríamos parecer a seres que carecen de altruismo por todas las locuras que hemos cometido hasta hora, es importante recordar que esta apariencia no representa nuestra inherente naturaleza. Si fuéramos inherentemente tan malos de corazón, no valdría la pena intentar arreglar nada. Sería como si tratáramos de hacer que el león se alimente con una dieta sin carne; una criatura inherentemente carnívora simplemente no puede sobrevivir sin carne.

Mira, ¿qué pasa cuando vemos a un discapacitado tratando de cruzar la calle? La mayoría de nosotros seguramente le ayudaríamos. Si no le ayudáramos, probablemente sería porque alguien ya le había extendido una mano. Este acto de cariño no hubiera venido de una especie de mal índole—¿te podrías imaginar una demuestra de merced a su presa de un cocodrilo hambriento?

Lo que sucede es que no estamos acostumbrados a ayudar a los discapacitados que también están cruzando la calle, pero fuera de nuestra vista. Obviamente también necesitan ayuda, pero como ni siquiera podemos verlos, naturalmente no los podemos guiar a través de la calle. No todos somos sobrehumanos que puedan volar a dondequiera exista necesidad de nuestro apoyo. Por este límite físico de nuestros poderes, la mayoría de los gestos de cariño y apoyo a lo largo de la historia se ha llevado a cabo a un nivel localizado.

Sin embargo, los tiempos han cambiado drásticamente en las últimas décadas. Las apariciones de la computadora y el internet en nuestras vidas cotidianas han eliminado totalmente las barreras de distancia. Con un simple clic del ratón, se puede comunicar con un amigo que se encuentra en el otro lado del mundo. Con la ayuda de un micrófono y cámara, ¡incluso se puede hablar y ver el uno al otro!

¡En esta época de globalización, no sólo es posible ayudar a los discapacitados fuera de nuestra vista, sino que se lo ha convertido en un acto más fácil que nunca! Aunque no los pudiéramos ayudar personalmente para cruzar la calle, podemos hacer una donación en línea a una organización sin fines de lucro que especialice en apoyar a los discapacitados, esté done esté esta organización. Lo mismo se aplica a los asuntos de calentamiento global, la inanición crónica, y mucho más. No tenemos que dejar nuestros trabajos y viajar a las selvas amazónicas para sembrar árboles o ir a África para dar comida a niños hambrientos directamente de nuestras manos: Podemos contribuir igualmente a través de una donación para que los trabajadores humanitarios puedan seguir haciendo un positivo impacto en sus áreas de especializaciones.

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English Version

(continued from part 1)

What does this say about us? When we're casually buying a $2 cup of ice cream, does it really not occur to us that almost half of the human population lives daily with less than what we're about to give away at the cash register? Do we really belong to such a selfish race that isn't even willing to sacrifice a couple of unnecessary indulgences for the well-being of those who lack even the most basic items of necessity?

Sometimes I feel so frustrated with the state of our planet that I just get tired of striving to make the world a better place. After all, I shouldn't have to shoulder the responsibility of fighting against our own human nature, should I? Fortunately, I eventually realized how erroneous these thoughts were. While we may seem like we seriously lack sentiments of altruism for all the crazy things that we've done till this day, it's important to remember that this bad appearance doesn't represent our inherent nature. If we really were so inherently bad, it wouldn't be worth trying to fix anything wrong with the world. It would be like trying to make a lion survive on a vegetarian diet—it's simply impossible to maintain a lion's life by going against its carnivorous nature.

Look, what happens when we see a handicapped person trying to cross the street? The grand majority of us would definitely help him. And if we didn't help him, it'd be probably because someone else had already beaten us to the spot. Surely this act of kindness wouldn't have come from a specie of selfish nature—could you imagine a hungry crocodile showing mercy to its prey?

What happens is that we're just not used to helping those handicapped people who are also crossing the street, except just out of our sight. They obviously need assistance as well, but seeing as we can't even see them, it's only natural that we can't guide them across the street. It's not as if we were all like Clark Kent, gifted with the ability to fly to wherever our help is needed most. Due to this physical limit of ours, most of our gestures of kindness and support throughout history have been carried out at a local level.

However, times have changed drastically in the last several decades. The appearance of computers and internet into our everyday lives has completely eliminated the physical barriers of distance. With a simple click of the mouse, you can communicate with a friend halfway across the globe. With the help of a microphone and a web-cam, you guys can even hear and see each other!

In this age of globalization, not only is it possible to help those handicapped brothers and sisters out of our sight: Such gestures of good-will have become easier than ever! Even if we can't personally help them across the street, we can make an online donation to a reliable charity that specializes in providing support to the handicapped population. The same applies to matters of global importance, like climate change, chronic malnutrition, and much more. We don't have to quit our jobs and travel to the Amazonian rainforests to plant trees or go to Africa to feed hungry children: We can equally contribute through an online donation to support the work of professional humanitarians who dedicate their lives to the causes that we care out.